Las plantas desempeñan un papel vital en el mantenimiento de la vida, convirtiendo la energía solar en oxígeno y nutrientes esenciales. La gestión holística de las plantas, en el negocio de la agricultura, es crucial para un crecimiento y una productividad óptimos. En el pasado, las prácticas agrícolas seguían un enfoque integrado, haciendo hincapié en la prevención mediante métodos como la rotación de cultivos, el laboreo mínimo y el uso de variedades locales de cultivos resistentes. Sin embargo, se produjo un cambio con la llegada de los fertilizantes y plaguicidas sintéticos, que condujo a un planteamiento que descuidaba la importancia de un enfoque sistémico.